Un aspecto de la Buena Noticia de la Navidad es que el mismo Dios no duda en hacerse, ya para siempre, Hombre; y correr nuestra suerte.
Y un hombre como tantos.
Común y corriente.
Creo, personalmente, que esto es una inmensa Buena Noticia; pero, también creo, que a muchos nos escandaliza.
Y los religiosos... y también los sacerdotes... A veces no tenemos claro esto, o en todo caso no lo mostramos: Somos mujeres y varones comunes y corrientes. Y eso es parte, insisto, de la muy Buena Noticia que intentamos anunciar.