martes, 10 de agosto de 2010

Sólo Dios es bueno (Lc. 18, 19).

Lo dice Jesús en el Evangelio.
Hay un solo bueno.
Nosotros tratamos de serlo, deseamos serlo, pero siempre nos faltará mucho. Por algo todos en nuestras oraciones nos reconocemos pecadores:
En el Padrenuestro: ‘perdona nuestras ofensas…’
En el Avemaría: ‘Ruega por nosotros pecadores’
Los consagrados, religiosos, sacerdotes –y cristianos todos ¿por qué no?, pero de un modo especial nosotros- estamos llamados a testimoniar, desde la certeza de nuestra pequeñez –‘No temas, pequeño rebaño’- la amorosa e inmensa Bondad de Dios.

(A veces nos confundimos y creemos que los buenos somos nosotros, y de esto surge mucha confusión)
¡Ésa, la experiencia cierta de la infinita bondad de Dios, es la causa y la razón de nuestra alegría!

3 comentarios:

José M. dijo...

Tienes mucha razón,hermana.

¡Qué dificil darse cuenta de que no somos nosotros los bueno sino Dios, que es bondad infinita! Pero no por ello vamos a dormirnos en los laureles. Los consagrados sois el reflejo de Dios en la tierra, por lo que debeis siempre "buscar los bienes mejores", intentar amar como Dios y ser buenos, como lo es Dios.

Te tengo presente en mis oraciones, sobre todo, a la Virgen. Sigue con el blog, está genial.

Joan Josep dijo...

Siempre olvidamos que Él nos amó primero. Y todo aquello que nosotros hacemos no es nada, sino lo hacemos unidos a su amor. Un abrazo: Joan Josep

Anónimo dijo...

Qué alegría haber encontrado su buen blog, Hermana Eugenia... Yo también siento una gran vocación, pero debo cuidar a mi madre por el momento entre otros compromisos familiares...

Le invito a pasar por mi humilde blog a recoger un regalo...

concienciaprimordial.blogspot.com

Gracias... gracias...

Un Abrazo en CRISTO.

cArMEN.