“¿Cómo te pagaremos todo el bien que nos has hecho?
…
¡Voy a cumplir mis promesas, en la presencia de tu pueblo!”
Hoy lo cantamos en Misa.
Y, de repente, me dí cuenta: ¡el hábito religioso!.
Es eso: ‘voy a cumplir mis promesas en la presencia de su pueblo!
Nunca lo había pensado así pero cierra perfecto. El hábito como signo de alegría y respuesta alegre por todo el bien recibido: ¡cumplir mis promesas, mi consagración, a la vista de todos! ¡Gritarlo al mundo entero, porque es cantar el Don de Dios!
martes, 5 de octubre de 2010
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5 comentarios:
¡Me encantó!
¡Muchas gracias!
¡Precioso! Ánimo y sigue dejandote abrazar por Cristo. Te encomiendo a María.
Hola Hermana: Muy bonita reflexión, está llena de amor. Dios la guarde y la proteja. Saludos y un abrazo
http://infocatolica.com/blog/espadadedoblefilo.php/1010060927-en-defensa-del-habito
Gracias por su compartir,la consagración es unregalo que elseñor da aquellas que ha elgido para ser sus esposas y la vida de cada esposa ha de ser un salmo de albanza al esposo un saludo en Cristo Jesús
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