Esa palabra significa 're-ligados'; los que se volvieron a 'ligar', enganchar, unir.
Es totalmente cierto que los cristianos tenemos la certeza de que en realidad el 're-enganche'fue, primero, de Dios hacia nosotros: Fue Dios que se hizo hombre, Jesús.
Y así será siempre, la iniciativa Suya.
Pero...
Creo que también es necesaria la 'religión'.
Nosotros, yo concretamente, debo optar y decidirme por re-ligarme. Si no, por más que Dios se acerque del todo puedo no acercarme yo, por estar 'dis-traído'por otras cosas o vuelto sobre mí mismo.
Es propio de nuestra naturaleza: estamos hechos para AMAR. Si no amamos no'nos realizamos'. Pero eso, que es algo esencial, debemos elegirlo.
Y amar es justamente eso: 'ligarse', tender y engancharse; vivir -ser- tensionado por el otro. Y en el caso del amor a Dios, entonces, es re-ligarse (porque es recuperar una relación perdida).
Toda esta reflexión, tan pegada al carozo, me la provocó el constatar día a día cómo nuestra cultura actual puede ser un obstáculo:
Hoy, probablemente por reacción a una época muy voluntarista donde parecía que todo dependía de nuestro esfuerzo, muchas veces ponemos el acento en 'nuestro bienestar', 'mis sentimientos', y de nuevo no salimos de nosotros mismos.
Si tal cosa me ayuda entonces sí, si no no.
Aquello me tiene que hacer sentir bien.
Esto nos gusta.
Siempre somos nosotros la referencia.
Esto no es religión, es distracción.
Y nos perdemos de 'amar', y de aceptar 'ser amados'.
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* No estoy hablando de los laicos, o sólo de ellos, sino de nosotros, los que nos llamamos 'religiosos'
martes, 3 de mayo de 2011
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