domingo, 24 de octubre de 2010

Comunidad y perdón.



Lo leí una vez en alguna parte de los escritos de Teresita del Niño Jesús. Decía algo más o menos así:
El amor de los hombres, en esta tierra, tendrá que ser siempre amor 'perdonador' (la palabra la pongo yo, porque no me la acuerdo exacta).
Siempre tendrán algo que perdonarme y siempre tendré que confirmar mi amor perdonándolo.
Siempre.
Y esto, partir de esto, es importantísimo para toda comunidad: religiosa, familiar, civil, laboral; toda comunidad.

martes, 5 de octubre de 2010

Salmo 115

“¿Cómo te pagaremos todo el bien que nos has hecho?

¡Voy a cumplir mis promesas, en la presencia de tu pueblo!”


Hoy lo cantamos en Misa.
Y, de repente, me dí cuenta: ¡el hábito religioso!.
Es eso: ‘voy a cumplir mis promesas en la presencia de su pueblo!
Nunca lo había pensado así pero cierra perfecto. El hábito como signo de alegría y respuesta alegre por todo el bien recibido: ¡cumplir mis promesas, mi consagración, a la vista de todos! ¡Gritarlo al mundo entero, porque es cantar el Don de Dios!