sábado, 19 de septiembre de 2009

Vocación

De lo que sí estoy plenamente convencida es que la vocación religiosa es un llamado.
No es algo que podamos decidirlo nosotros, una idea, un deseo, una alternativa personal...
Es un llamado de Otro -de Dios, de Jesús- que, eso sí, para que cristalice en respuesta concreta requiere por supuesto de nuestra libertad.
Por eso no tiene mucha explicación.
Es más bien una constatación, una certeza.

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